La semana trágica de Barcelona
La semana trágica de Barcelona tuvo lugar entre el 26 de
julio y el 2 de agosto de 1909. En esta época podemos decir que casi no existía
la democracia ya que el Partido Conservador, de Maura y el Partido Liberal,
Sagasta, se turnaban las legislaturas mediante los “pucherazos”. Este término
hace referencia de cómo se organizaban el reparto de escaños previo a las
elecciones, siendo esto posible gracias a los caciques que controlaban y
dominaban una gran influencia. El resto de partidos políticos eran vulnerables e
incluso ridículos en números (sólo
consiguen representación en las zonas urbanas)
Bien, tras situar el contexto histórico de la época,
procedemos a analizar la situación que desencadenó la semana trágica de
Barcelona.
Como precedente podemos hablar del altercado surgido en
Melilla sobre los obreros que trabajaban en una vía ferroviaria, dónde
asesinaron a cuatro de ellos. Tras este suceso y con la pérdida reciente de las
colonias españolas en Estados Unidos, Maura, líder del Partido Conservador ante
el miedo y la posibilidad de que surgiera en Melilla lo mismo que en Cuba,
Filipinas y Puerto Rico mandó a esta zona a las Brigadas Mixtas de Cataluña,
Madrid además de otras brigadas con el fin de acabar con la rebelión
surgida. Esta publicación causó las protestas en contra de la guerra
mediante manifestaciones, artículos en la prensa etc. Generó una serie de
incidentes que tuvieron un mayor grado en Barcelona, donde el 18 de julio
estalló la tensión mientras embarcaba un batallón. Se produjeron gritos tales
como: ¡Abajo la guerra! ¡Que vayan los
ricos! ¡Todos o ninguno!
Este suceso y el largo Bipartidismo que se estaba dando dio
lugar a movimientos obreros y se creó el partido Solidaridad Obrera, que tuvo
un gran recalo en las zonas obreras de
Barcelona y que se creó ya que otro partido surgido con anterioridad
(Solidaridad Catalana) se estaba acercando mucho al partido de Maura.
Con la creación de este partido y la situación que había creado
la propuesta de Maura de mandar a las brigadas catalanas a Melilla, se
desencadenó toda la tensión existente comenzando así, el día 26 de Julio una
huelga obrera en los barrios periféricos, donde se encontraban la gran mayoría
de fábricas. Esto desencadenó en que el Capitán General de Cataluña nombrara el
“estado de guerra”.
Los revolucionarios convirtieron la semana trágica en un
levantamiento anticlerical, procediendo a la quema de edificios religiosos,
conventos y colegios religiosos. Este alzamiento frente al ámbito religioso se
debió a que otorgaban a la religión el atraso que sufría España. La revolución
obrera fue reducida gracias a los apoyos soldados procedentes de Zaragoza y Valencia,
a quienes les hicieron creer que tenían que reprimir un movimiento separatista.
Tras la disolución de los obreros, se procedió a una gran
represión que proclamó 175 destierros, 59 cadenas perpetuas y 5 condenas a
muerte.
Una de las condenas a muerte sería la del supuesto máximo
responsable de la semana trágica. Esta ejecución supuso el final de Maura en el
poder, ya que el Partido Liberal de Sagasta aprovechó la revuelta que esto
había causado al igual que como se había mediatizado el resto de Europa para
acabar con el poder de Maura.
Datos extraídos de aquí:
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